Lo primero que nos llamó la atención fueron los gynkos en la bajada a la derecha del kiosko. Otra vez apreciamos la sorprendente suavidad de la corteza de su tronco, sus extrañas hojas y esta vez unos racimos blancos y pequeños que colgaban junto a la base de las hojas.
Frente a este lugar podemos comprar las formas del pino piñonero a la izquierda, y de la sequoia a la derecha.
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